Es en tiempos de crisis cuando las compañías deciden subirse al tren o bajarse. La pandemia ha hecho tambalear la estructura de muchos sectores profesionales y el publicitario no iba a ser menos. Ante la delicada situación a la que nos hemos enfrentado, las marcas han tenido que replantearse sus decisiones estratégicas y adaptarse a los cambios de consumo. Analizamos cómo coronavirus y publicidad han convergido en los últimos meses para dibujar una transformación que parece se extenderá a largo plazo.
La “nueva normalidad” en la comunicación
Nuestra mentalidad ha cambiado. Esto es una realidad que, si bien no sabemos hasta qué nivel perdurará, por el momento nos ha hecho modificar los hábitos de consumo. Ahora nos preocupamos más por las pequeñas cosas, por los que nos rodean y por el contacto con nuestros seres queridos. Es decir, hemos aprendido a valorar lo que se nos ha arrebatado durante meses.
Esto ha logrado que los anunciantes se humanicen más y aboguen por los valores morales sobre los intereses publicitarios. ¿Cuántos anuncios hemos visto este tiempo con mensajes esperanzadores, de unidad y colaboración? La “preocupación” y “compañía” que nos han brindado muchas marcas se ha convertido hasta en un cliché.
¿Cómo ha afectado la crisis sanitaria a la publicidad?
En los últimos meses hemos visto cómo todos los sectores se han visto perjudicados por las medidas restrictivas adoptadas para luchar contra el virus. Comercios que han cerrado sus puertas, grandes empresas que han parado su actividad, autónomos que han reducido a cero su facturación… Las agencias de publicidad también han sufrido los efectos de una pandemia devastadora. De hecho, la cifra de la inversión publicitaria realizada en el mes de abril, en pleno estado de alarma, respecto al mismo periodo del año anterior, ha caído más de un 50%, según Infoadex.
A la vez que apreciábamos un descenso de la publicidad realizada por las marcas, hemos descubierto el auge de la digitalización en las empresas. Con la actividad presencial, tanto comercial como productiva, parada durante meses, las compañías se han dado cuenta de la importancia de transformarse digitalmente. No quedarse atrás respecto a la competencia es lo que ha salvado a muchos comercios de la quiebra.
Ética en tiempos de coronavirus y publicidad
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